El santafesino tuvo un 2008 movidito: después de jugar en el TNA, fue incorporado al trabajo del primer equipo de Drean Bolívar, e hizo su debut oficial en Primera frente a Entre Ríos Voley a principios de este año.
Festejó el tricampeonato con los mayores y rápidamente se incorporó a las filas del Sub 21 celeste junto a Rodrigo Aschemacher para conformar uno de los sextetos más prometedores de las divisiones inferiores. Con ellos, y luego de varias frustraciones, logró coronarse campeón de uno de los torneos más exigentes de la categoría.
“Nuestra expectativa era ganar el torneo. Por suerte las cosas salieron bien. Cuando había que jugar lo hicimos de la mejor manera y esto ayudo a que el equipo se haga fuerte en los peores momentos”, reflexionó el líbero.
El camino a la Corona no fue fácil: debió enfrentar a conjuntos que tenían jugadores con experiencia en Primera e incluso en Liga Argentina (Nicolás Bruno, Pablo Hruby y Maximiliano Cavanna, por mencionar sólo algunos) y se sobrepuso a la lesión de uno de sus hombres fundamentales; Aschemacher: “El momento más duro fue la lesión de Pancho. Ahí creímos que se nos escapaba el torneo. Después, en el partido contra GEVP entramos muy bajoneados y casi perdemos, pero pudimos reponernos del 11-13 y nos pusimos de pie”.
“Creo que no nos dimos cuenta que podíamos ser campeones hasta que terminó la final contra Boca. Si bien buscamos el campeonato, sabíamos que sería duro”, aseguró.
Precisamente la final ante los Xeneizes mostró de alguna manera la performance de Bolívar en el torneo, ya que tuvo algunos altibajos pero logró imponer el trabajo de equipo para vencer: “Cuando Boca se puso 1-1, nos ayudó las palabras de Rodrigo (Martínez Granados, el entrenador), que nos hizo entender que individualmente no podíamos ganar, y que era hora de unirnos como equipo y tirar para el mismo lado, sacar lo mejor de cada uno y salir con todo para que todo lo que habíamos hecho en el torneo no fuera en vano”, recordó Sebastián.
El “Enano” explicó también que éste título fue una suerte de revancha ante las chances desperdiciadas anteriormente: “Significa muchísimo porque siempre que jugábamos torneos importantes no podíamos demostrar nuestro juego; creo que por ahí fue porque éramos muy individualistas y eso nos jugo siempre en contra. Ésta vez, supimos aprender de los errores”, y agregó, “Ésto demuestra que mejoramos mucho como grupo, y que en el momento que teníamos que jugar y demostrar nuestro juego lo supimos hacer”.
De yapa, Closter fue elegido el mejor jugador del certamen: “Tengo mucha alegría. Hacia un tiempo que por problemas personales estaba bajoneado y sentía que las cosas no salían bien. Ésto me motiva mucho para seguir trabajado y no bajar los brazos. Creo que igualmente el reconocimiento es para todo el equipo y cuerpo técnico, porque todos tiramos para el mismo lado: Si yo hubiese jugado sólo, perdía”.
Sebastián agradeció también a Ideas del Sur y al Club Ciudad de Bolívar por las comodidades ofrecidas durante la estadía y la colaboración notable del club GEVP y de tres jugadores “bolivarenses” que se desempeñan en el club de Villa del Parque: Lucas Tell, Juan Pablo Alanis y Cristian Imhoff”.
Por último, le dedicó el premio al MVP a su abuelo, Maravilla, que “seguramente desde algún lado me está ayudando” y a toda su familia, que lo ayudan día a día a que progrese y tenga contención cuando la necesita.
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