11.5.09

¿Dos gotas de agua?



Rodrigo Yacuzzi y Nacho Lescano son dos jugadores de las inferiores de Bolívar que llevan el mismo apodo: Gringo. Diferencias y semejanzas de dos grandes proyectos.


Uno es un viejo conocido en el club. El otro acaba de llegar. Uno es santafesino, el otro misionero. Ambos son atacantes de pura cepa, rubios y decisivos para su categoría. El Gringo y el Mini Gringo se presentan en sociedad.


Rodrigo Yacuzzi es el santafesino, oriundo de Villa Ocampo, y opuesto del Sub 21 que despierta ilusiones en la tira de inferiores bolivarense. Su gran potencia es una de las armas más fructíferas con las que cuenta Martínez Granados para sostener la ubicación de vanguardia de las Águilas en la división A de la Liga Metropolitana.


Hasta hace poco, se le había adjudicado el exclusivo apodo de Gringo y todos lo conocían así. Sin embargo, la llegada de un nuevo jugador a la ciudad generaría controversias. Ignacio Lezcano, el misionero de Oberá, es una de las más recientes incorporaciones de las inferiores celestes y por características físicas, Iván Castellani le puso el apodo de Mini-Gringo en la Selección Menor. “Creo que en lo físico somos parecidos, pero en el juego no. Tenemos características diferentes. Él es opuesto y zurdo y le pega mucho más fuerte”,  dice Nacho al hablar de quien inspiró el mote. “No hay otro Gringo en Bolívar. Soy el único”, lo ningunea Yacuzzi.


Además de lo estrictamente estético, a los Gringos los une la idolatría por el cubano Marshall, una de las estrellas de la Liga Italiana. Entre las diferencias, Martínez Granados aclara que el perfil de Yacuzzi (1m94) apunta al de un opuesto en desarrollo, mientras que Lezcano (1m90) puede tener un futuro más próspero como punta receptor.


Lezcano conoció a Bolívar cuando el Plan de Talentos fue a concentrar a Posadas y él participó de algunos entrenamientos con apenas 11 años. Al poco tiempo fue observado por el seleccionado menor y  más tarde, llegó a la ciudad bonaerense: “Es una experiencia muy linda la que estoy viviendo. Estoy acostumbrado a estar fuera de casa ya que en Oberá concurría a una escuela internado y visitaba a mi familia los fines de semana”. Tal vez por eso, Nacho es uno de los que mejor se adaptó a su nuevo hogar.


Luego de un par de años en Bolívar, Yacuzzi debutó en primera división en la pasada temporada de Liga Argentina. En A2, se consagró subcampeón con Villa María Voley; el elenco que obtuvo el ascenso a la elite de nuestro país al derrotar a Obras de San Juan en la promoción. Allí compartió equipo con dos compañeros del actual Sub 21 celeste: Emanuel De Zárate y Maximiliano Scarpin. Rodrigo fue titular en casi todo el torneo y dejó una muy buena imagen en el elenco cordobés liderado por el experimentado Vizzari: “A su lado se aprenden muchas cosas y es una gran persona. Los dirigentes se quedaron muy conformes con el rendimiento de nosotros tres. Había que estar todo el tiempo al 100% porque los doce jugadores del plantel tenían un nivel muy parejo. Fue una experiencia única”, cuenta el santafesino.


Más allá de la divertida controversia, los “Gringos” siguen transitando el camino hacia su madurez con la camiseta de Bolívar, soñando como casi todos los chicos de las inferiores ser tenidos en cuenta alguna vez en el elenco principal. 

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